El Universal
El Gobierno dentro de su discurso constantemente plantea un debate ideológico entre el socialismo y capitalismo, y no es de extrañar que esto se vea reflejado en la forma de hacer política. Para el ingeniero y asesor laboral de Fedecámaras, Aurelio Concheso, la lucha ideológica ha sido trasladada a la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo los Trabajadores y las Trabajadoras (Lottt), lo cual supone un concepto anticuado, anacrónico y que impide que Venezuela entre al siglo XXI.
La modificación hecha a la Lottt implica una nueva serie de cargas para los empleadores y mayores protecciones para los trabajadores, como por ejemplo, la imposibilidad de despedir al empleado sin su aprobación cuando no exista una causa justificada. En líneas generales existe una camisa de fuerza mayor en las relaciones laborales que ata a los patronos.
Concheso considera que estos aspectos incluidos en la legislación son propios del concepto marxista del siglo XIX, en el cual se considera que el trabajo y la generación de riqueza es una "lucha entre el trabajador y el empresario que trata robar al trabajador parte de su sudor; eso está bien en las obras de Dickens, pero hoy estamos en una sociedad post industrial y del conocimiento", argumentó.
Flexibilización
Contraria a la concepción de la lucha de clases, el asesor laboral de Fedecámaras considera que la legislación debe estar orientada a flexibilizar las relaciones entre ambas partes que apunten a una conveniencia mutua.
Aurelio Concheso agregó que la flexibilización en las norma laborales no tienen que afectar al trabajador. "Más bien es al revés, las empresas exitosas tienen el problema de que sus trabajadores se vayan a un competidor que les puede pagar más. El mejor ejemplo está en el valle del silicón en Estados Unidos, donde empresas como Google y Facebook tienen que brindarle tiempo a sus trabajadores para que persigan sus propios proyectos".
Concheso asegura que actualmente el mundo está en la era del conocimiento, donde el 80% del valor agregado en los trabajos proviene de la mente y no del empleo físico. "Ese es el dinamismo que debemos buscar en Venezuela, y mientras estemos anclados en la concepción de daguerrotipo del siglo XIX no vamos a progresar. Hay que enterrar la lucha de clases".
Para el analista el país debe enrumbarse hacia el desarrollo tecnológico y con ello generar condiciones para mejorar el ambiente laboral.
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